El
Jerez Industrial puso fin a la nefasta racha de cuatro derrotas
consecutivas cosechando un empate en el derbi local ante el Guadalcacín,
en un encuentro que mereció ganar por disposición, empeño y
oportunidades.
Poco
hicieron los pedáneos para hacerse con una victoria que les era vital,
al igual que para el Industrial, para reengancharse a los primeros
puestos de la clasificación, una vez conocidos los tropiezos de La
Palma, Xerez B, Isla Cristina, Puerto Real y Valverdeña. Tan poco que la
única ocasión que dispusieron en todo el partido fue un dudoso penalti
cometido por Lozano y que Luisma materializó engañando a Perico. Pobre
bagaje para una plantilla diseñada para luchar por el ascenso, y que
notó muchísimo las ausencias de Carrasco, Paquito y la baja definitiva
de Figueroa.
A
partir de entonces, el Industrial se adueño del balón y del partido en
busca del empate. Con Costilla como director de orquesta y el flamante
fichaje Piñero aportando frescura, toque y desborde, los pupilos de Jero
obligaron a recular al Guadalcacín, hasta consumar el empate antes del
descanso gracias a un remate de Pedro Herrera tras un gran robo y jugada
de Costilla.
La
segunda mitad fue un monólogo. De posesión del Industrial, de inocencia
en el remate, y de imprecisión arbitral. Y es que el Industrial llegó
sin rematar (como acostumbra esta temporada) y sufrió la estricta
actuación de la colegiada Tatiana Rivera, con rigurosísimas expulsiones
de Lozano y Fran García, penaltis omitidos, fueras de juego
inexistentes, tarjetas por simulación etc.
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